Libros como símbolos: cómo entienden las generaciones más jóvenes la lectura

Por Janira Planes Frías

Auriculares, gorra, una bomber con parches, unos cargo y libros, muchos libros. Libros dentro de su bolso, entre los bolsillos y en las manos. Ese era el outfit de aeropuerto que se viralizaba en redes de Jacob Elordi, actor que saltó a la fama gracias a la serie de Euphoria y que recientemente interpretó a Elvis Presley en Priscilla, de Sofia Coppola.

Cuando a Elordi, de 26 años, le preguntan si le gusta leer, contesta siempre que “lee mucho” y no duda en recomendar a Kerouac, Sartre y Donna Tart. TikTok está lleno de vídeos hablando de los libros que ha leído y lo que dicen de él; que es alguien sensible, intelectual y curioso. No hay duda de que a Jacob Elordi le gusta leer, y a la vez, que esta faceta lectora ha conseguido que a nivel público se le clasifique como a representante de una nueva masculinidad, deshaciéndose de la imagen de hombre controlador y tóxico que representa su personaje, Nate, en Euphoria.

Bajo el lema “aprendemos más de las historias que no son nuestras”, la modelo Kaia Gerber, hija de la top model Cindy Crawford, creó el club de lectura “Library Science”. Empezó como un Instagram en 2020, durante la pandemia, y ha evolucionado a una comunidad que pretende utilizar la lectura “como puerta de entrada a algunas conversaciones importantes, aunque difíciles”, explican en su web.

Elordi y Gerber son un ejemplo de muchos otros que entienden los libros como faros de sabiduría, escapismo, conexión humana y, ahora más que nunca, símbolos. La influencia de las redes sociales, particularmente de plataformas como TikTok e Instagram, ha sido fundamental en este proceso. Aquí, los libros se convierten en protagonistas de historias personales, reseñas apasionadas y retos literarios. Se comparten listas de lectura, se debaten ideas, y se forman comunidades en torno a géneros o autores específicos. En este contexto, los libros no son solo leídos; son vividos, discutidos y, en muchos casos, idolatrados. Forman una parte esencial de las comunidades y de la forma de relacionarnos entre sí.

El valor del online recae en la serendipia; quizá no sabes que necesites leer algo nuevo, pero entras a TikTok y un vídeo de una booktoker aparece en tu para ti recomendándote un libro que te acaba encantando. La hipersegmentación propia de las plataformas digitales permite a la Generación Z (y a cualquier usuario) encontrar nichos específicos que resuenan con sus intereses particulares. Plataformas como Goodreads -que sirve para puntuar y reseñar lecturas en abierto- y espacios como BookTok -con miles de millones de visitas en TikTok-, facilitan la formación de comunidades estrechamente unidas por géneros, autores, o temas específicos.

En este ecosistema los influencers literarios juegan un papel crucial, no solo recomendando lecturas, sino también fomentando discusiones críticas. Booktubers y booktokers se han convertido en figuras de autoridad en lo que respecta a tendencias de lectura, guiando a sus seguidores hacia descubrimientos literarios inesperados. La razón es sencilla: la autenticidad que define su discurso les hace confiables. Si un booktoker me dice que me va a gustar un libro determinado, es similar a que me lo recomiende un amigo. Nos resuena mucho más que cualquier anuncio que podamos ver por Instagram.

Una vez decidida nuestra próxima lectura, el proceso de adquisición varía ampliamente. Desde librerías locales hasta gigantes en línea como Amazon (links de referidos mediante), las opciones son numerosas. Sin embargo, hay una tendencia creciente hacia el apoyo de librerías independientes y de segunda mano, impulsada por el deseo de una experiencia de compra más personal y menos comercial, generalmente fomentada también por los mismos booktubers y booktokers.

La tríada de la compra lectora se forma por estas decisiones: O bien compras directamente desde el link que te recomienda tu booktuber de confianza, y que cuidadosamente colocan en las descripciones de los vídeos los creadores de contenido (véase el caso de Sarah, de Libros para Cambiar de Vida), eliges experimentar la compra en físico o decides comprar la versión ebook.

Una cuarta pata novedosa de esta compra es la versión en audiolibro, que ha experimentado un crecimiento en facturación del 45,7% respecto al 2022 en el mercado de habla hispana. Nunca se ha leído tanto como hasta ahora, tampoco de maneras tan distintas.

Hábitos de consumo y vida digital

La digitalización de la lectura ha transformado los hábitos de consumo literario, especialmente entre las generaciones más jóvenes. La Z, que se caracteriza por su impaciencia y costumbre vital -por el contexto en el que ha crecido- en el que la gratificación instantánea es posible, ha encontrado en el ebook una solución ideal a sus demandas. La posibilidad de adquirir un libro y comenzar a leerlo de inmediato, sin tener que esperar envíos, responde a la perfección a la ansia de empezar a leer ese libro del que no se para de hablar en TikTok. Este acceso sin barreras no solo facilita la compra (y evita el FOMO de no saber de qué libro se está hablando), sino que también amplía las oportunidades de explorar nuevos géneros y autores con solo unos clics.

Las plataformas de autores amateurs, con foco en Wattpad y, menos especializada, pero también usada para fanfics, Tumblr, han acostumbrado a los usuarios Z a un acceso inmediato a grandes cantidades de historias en cualquier momento. Wattpad no solo ha democratizado el acceso a la literatura, sino que también ha servido como plataforma de lanzamiento para nuevos escritores, muchos de los cuales han encontrado una audiencia leal entre los lectores más jóvenes cuando se han lanzado al mercado editorial con obras propias.

La popularidad de los audiolibros entre los jóvenes refleja una tendencia más amplia hacia el contenido de audio, como los podcasts, que han visto un aumento de audiencia exponencial en los últimos años. La autenticidad, además de la flexibilidad de poder consumir contenido mientras se hacen otras cosas, se convierte en un factor aún más crucial cuando se trata de audiolibros, particularmente aquellos narrados por los propios autores. Escuchar a un escritor narrar su obra añade una dimensión personal y emotiva a la experiencia lectora, permitiendo a los lectores oyentes sentirse más conectados con la historia y sus personajes, resultando en una experiencia inmersiva y auténtica.

Con la amalgama de comunidades online de recomendaciones, celebrities y creadores de contenido que invitan a leer libros apasionantes, y libros y audiolibros a un golpe de clic, la experiencia lectora nunca había sido tan divertida, emocionante y diversa como ahora.